
Milagros de Jesús Señales de Poder, Lecciones de Amor
¿Qué es un milagro y por qué Jesús los hacía?
En el corazón de los evangelios encontramos a Jesús realizando actos extraordinarios: sanando enfermos, calmando tormentas, multiplicando alimentos y resucitando muertos. A estos actos les llamamos milagros, pero en griego bíblico se usan palabras como dynamis (poder), semeion (señal) y teras (prodigio), que nos ayudan a entender que los milagros no son solo demostraciones sobrenaturales, sino acciones con propósito espiritual y pedagógico.
Clasificación de los milagros: Sanidades y control de la naturaleza
Los milagros de Jesús se pueden clasificar de muchas maneras, pero una de las más claras es dividirlos en dos grandes grupos:
A. Milagros de sanidad y liberación
Aquí encontramos los milagros donde Jesús cura enfermedades, restaura cuerpos y libera de la opresión demoníaca. Son gestos de compasión que muestran su poder sobre el sufrimiento físico y espiritual.
Ejemplos:
- El ciego de nacimiento (Juan 9)
- La mujer con flujo de sangre (Marcos 5:25-34)
- El paralítico bajado por el techo (Marcos 2:1-12)
- La resurrección de Lázaro (Juan 11)
- La expulsión del demonio en Gadara (Marcos 5:1-20)
Estos milagros revelan a Jesús como el Médico de cuerpos y almas, interesado en restaurar al ser humano integralmente.
B. Milagros sobre la naturaleza
En este grupo están los milagros donde Jesús demuestra dominio sobre elementos físicos, revelando su autoridad como Creador y Señor del universo.
Ejemplos:
- Calma la tormenta (Marcos 4:35-41)
- Multiplica los panes y peces (Mateo 14:13-21)
- Camina sobre el agua (Mateo 14:22-33)
- Transforma el agua en vino (Juan 2:1-11)
- La pesca milagrosa (Lucas 5:1-11)
Estos actos muestran que Jesús no está sujeto a las leyes naturales, sino que las trasciende para manifestar su divinidad.
El propósito pedagógico de los milagros
Aunque los milagros causaban asombro y atracción, Jesús nunca los hizo como espectáculo ni para ganarse fama. Siempre tuvieron una función didáctica y reveladora:
A. Confirmar su identidad como el Mesías
Muchos milagros cumplían profecías mesiánicas. Por ejemplo, Isaías 35:5-6 dice que en los días del Mesías “los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán”. Jesús, al realizar estos milagros, demostraba que era el Cristo esperado.
B. Revelar el carácter del Reino de Dios
Jesús enseñó que el Reino de Dios estaba cerca, y sus milagros eran una muestra anticipada de ese Reino restaurador: donde no hay enfermedad, muerte ni opresión.
Los milagros eran como ventanas abiertas al mundo venidero, mostrando cómo será la creación renovada.
C. Enseñar una lección espiritual
Cada milagro tenía una enseñanza más profunda. Ejemplos:
- La curación del paralítico incluyó el perdón de sus pecados.
- La multiplicación del pan enseñó que Cristo es el Pan de Vida.
- La sanidad del ciego de nacimiento se convirtió en una lección sobre la luz espiritual.
Jesús usaba los milagros como parábolas vivientes.
Un milagro menos conocido: La moneda en la boca del pez
Este milagro aparece en Mateo 17:24-27 y a menudo pasa desapercibido, pero es fascinante.
El contexto
Los recolectores del impuesto del templo preguntan si Jesús paga el tributo. Él, como Hijo de Dios, no está obligado a pagar el impuesto del templo, pues el templo es la casa de su Padre.
Pero para no escandalizar, le dice a Pedro que vaya a pescar. En el primer pez encontrará una moneda suficiente para ambos.
¿Por qué es relevante?
- Muestra la sabiduría y autoridad de Jesús incluso sobre los recursos naturales.
- Es un acto de provisión sobrenatural, pero también de humildad.
- Enseña sobre no imponer ofensas innecesarias por orgullo, aunque se tenga razón.
- Refleja la atención de Jesús a detalles prácticos de la vida.
Este milagro combina lo cotidiano con lo divino, lo económico con lo espiritual, y la enseñanza con lo extraordinario.
¿Ocurren milagros hoy?
Esta es una de las preguntas más comunes entre creyentes y escépticos. La respuesta bíblica y teológica es sí, pero con matices importantes.
A. Dios no ha cambiado
Hebreos 13:8 declara: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.”
Si Jesús obró milagros entonces, puede seguir haciéndolo ahora.
Miles de testimonios a lo largo de la historia y en todas las culturas cristianas afirman milagros actuales de sanidad, provisión, liberación y restauración emocional o espiritual.
B. El propósito sigue siendo el mismo
Los milagros de hoy deben tener el mismo fin que los bíblicos:
- Glorificar a Dios
- Apuntar al evangelio
- Edificar la fe de los creyentes
- Aliviar el sufrimiento por compasión
C. No todo milagro es señal de aprobación divina
No debemos basar nuestra fe exclusivamente en lo milagroso. Jesús advirtió contra buscar solo señales (Mateo 12:39). El verdadero milagro es la transformación del corazón humano por el poder del Espíritu Santo.
Un corazón cambiado, un perdón dado, una adicción rota o una familia restaurada pueden ser milagros tan grandes como una sanidad física.
Más que actos poderosos, manifestaciones de amor
Los milagros de Jesús no fueron exhibiciones de poder sin sentido, sino manifestaciones del carácter de Dios y señales del Reino. A través de ellos, Jesús mostró compasión, restauró la dignidad humana, rompió cadenas espirituales y preparó el corazón para el mensaje del evangelio.Hoy, al leer sobre estos milagros, nuestra fe se fortalece. Al experimentarlos, nuestro corazón se rinde. Pero aún más allá de los milagros externos, Jesús desea hacer el mayor de todos: transformar nuestro interior y regalarnos vida eterna.